El Fideicomiso, como figura legal regulada por las leyes mexicanas, es un contrato que una persona denominada Fideicomitente, mediante el cual aporta bienes y(o derechos de su propiedad para garantizar el cumplimiento de obligaciones en favor de un tercero a quien se le denomina Fideicomitente o Beneficiario una vez que se cumplan las condiciones previstas por el primero. Este contrato se otorga ante un tercero imparcial, la institución Fiduciaria, para que los administre y dé cumplimiento a los fines que el propio Fideicomitente ha establecido dentro del Fideicomiso.
El Fideicomitente y el Fideicomisario pueden ser una persona física o moral, o una mezcla de ellas. La Fiduciaria es siempre una institución financiera autorizada por la ley para constituir y administrar Fideicomisos, y es el responsable de garantizar el cumplimiento de las obligaciones que el Fideicomitente ha establecido en favor del Fideicomisario, con cargo al patrimonio aportado al Fideicomiso.