
Estructurar un fideicomiso de garantía no es sólo una cuestión jurídica o técnica. Es, ante todo, una cuestión de confianza. Todo fideicomiso se apoya en tres principios fundamentales:
La confianza del cliente como base del acuerdo.
La diligencia profesional del fiduciario.
La gestión del patrimonio fideicomitido conforme a reglas claras.
El fideicomiso de garantía es, por naturaleza, un vehículo diseñado a la medida de un propósito específico. Ya sea que se trate de un fideicomiso de inversión, patrimonial y sucesorio, inmobiliario o de cualquier otra índole, la esencia de todos ellos es la misma: poner bienes bajo administración de un tercero imparcial para cumplir garantizar el cumplimiento de obligaciones económicas.
Por eso, aunque solemos hablar de fideicomisos de administración como una categoría, lo cierto es que todo fideicomiso de garantía implica, en el fondo, un proceso de administración. El tipo de activo involucrado (dinero, inmuebles, derechos, etc.) no cambia ese hecho: lo que se está haciendo por medio del fideicomiso es ordenar, gestionar y proteger los bienes fideicomitidos para alcanzar un objetivo pactado.
Ahora bien, ¿cómo se estructura adecuadamente un fideicomiso? El diseño debe considerar una serie de etapas que pueden variar según el caso: promoción, negociación, estructuración, formalización, administración y operación. Lo importante es entender que cada fideicomiso es único y, por tanto, su camino también lo será.
Es importante tener en cuenta que todo fideicomiso involucra la gestión de riesgos. Por ello, es fundamental adoptar la normatividad y los lineamientos de buenas prácticas nacionales e internacionales previamente establecidos.
Esto implica identificar, medir, controlar y monitorear los riesgos en tres momentos clave:
Antes: durante el diseño y la formalización del fideicomiso.
Durante: en la administración activa del mismo.
Después: cuando se extingue y liquida.
En resumen, estructurar un fideicomiso no es un acto mecánico. Es una tarea estratégica que requiere técnica, criterio y visión. Entender bien los riesgos, el marco contable y la integración operativa es lo que diferencia a un fideicomiso genérico de uno verdaderamente eficaz y a medida.